Una oficina ocupada se puede convertir fácilmente en una oficina caótica, lo que generalmente se traduce en espacios comunes sucios y desordenados. El baño de uso común de la empresa tristemente no escapa a esta suerte y puede verse -entre limpieza y limpieza- descuidado; para decirlo de alguna manera.

El mantenimiento de los baños públicos es en gran medida una responsabilidad de todo aquello que lo usa. Aquí les dejamos un par de consejos para ayudar a mantener la limpieza en el día a día.

  • Las toallas intercaladas con las que nos secamos las manos pueden usarse para limpiar rápidamente cualquier goteo, tanto salpicaduras de agua como restos de jabón líquido que caiga en la bacha al limpiarse las manos.
  • Asimismo solicitar la reposición de las mismas cuando se estén por acabar facilitará la limpieza de quién deba hacer uso del baño después.
  • En la misma vena que el punto anterior, solicitar la reposición de papel higiénico cuando veamos que haya poco es una solución simple pero muy efectiva para ayudar a la higiene del lugar.
  • Dejar en claro, mediante carteles en el lugar, las normativas a seguir o la conducta que se espera de todo quien haga uso del baño.

Estas son algunas de las pautas más importantes que consideramos son vitales para mantener el orden y la higiene de un baño de alto tránsito. Un baño limpio no solo impacta positivamente sobre la salud y el bienestar de los empleados, sino que es clave en dar una buena impresión a los visitantes y clientes que puedan requerir usar las instalaciones.